martes, 1 de febrero de 2011

Chapter I



Escucho Estatic Fear y me siento el montículo más grotesco y podrido de todo el universo.

Los ríos se derriten y forman pequeños charcos escarchados, cubiertos por hojas carmesíes y ligeramente cristalizadas por efecto del frío. Los árboles están desnudos y se mueven al compás de los silbidos del viento, lejano y susurrante. Algunas gotas aperladas, provenientes del rocío matinal, se desprenden con ligereza de las ramas secas y estériles de los eucaliptos, de los cuales brota un aroma fresco y profundo.
No hay nadie cerca, ni tampoco lo habrá. La belleza se percibe únicamente cuando no hay ojos para contemplarla.

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