domingo, 30 de enero de 2011

Asco




No es que ande idealizando al polvo y busque encontrarlo en el primer retazo de tierra oculta en las cuencas oculares de un tuerto. Me subestimas, _. Malinterpretas las intenciones, desconoces el encanto de la persistencia y el abismo que engloba lo perdido. Me quejo porque me fastidia el hecho de comprender lo absurdo de la sátira, y aún así seguir negándome a abandonar el antifaz.

Hace mucho, mucho tiempo, creí recordar algo que se me viene a la memoria en estos precisos instantes.
Hace mucho, mucho tiempo, sentí el peso del mundo sobre mis espaldas. Desde hace mucho, mucho, mucho, que no me encuentro tan desapegada a lo que se sostiene a mi alrededor. No encuentro lo que busco debido a que ni siquiera sé qué es. Me siento liberada y curiosamente vacía, espero todo de nadie y nada de todos. La sensación de volar con los pies en la tierra equivale a nadar en el espacio y flotar en el mar, olvidar lo importante y tener presente pequeños detalles que no sirven de nada, proceder de manera ambivalente hacia todo lo que sonríe, llora y sangra.

¿En qué demonios se relacionan los círculos y el número dos?

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